sábado, 7 de junio de 2008

La poesía, el hambre de todas la cosas

“A veces la palabra como una copa rota donde morder el polvo y otras veces un agua de alumbrar”, Jorge Boccanera reflexiona en los poemarios Polvo para morder (1986). Para él la poesía es pérdida, asocia el ejercicio de la escritura con el fenómeno de morder el polvo. Sin embargo, introduce una ambigüedad esencial, en medio de la incertidumbre y la derrota, conduce a lo luminoso, al concepto de la pureza.
En una conferencia amplió el concepto:
“No se puede definir la poesía porque son cosas metafóricas, se traslada de la forma. Igual me gusta la frase: ‘El hambre de todas las cosas’. Cuando los periodistas quieren saber algo le preguntan a los sociólogos, me parece aburridísimo, me dicen lo que estoy mirando, quizá un poeta me explica algo desde otro lado, algunos tienen una visión de futuro muy fuerte”. La literatura ilumina momentos profundos del ser humano y Boccanera cree “en el peso de la intensidad, cuando eso te conmueve, no importa si te estás riendo o llorando”.
Antólogo, ensayista, periodista y docente, pero esencialmente poeta confesó: “Me concentro más en lo que quiero decir en los viajes. Como si me despegara de lo rutinario y me fuera a otro lugar dónde tengo más espacio”.
El autor nacido en 1952 en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, se exilió en México en el ‘76 y regresó al país con la vuelta de la democracia por el deseo de participar de la primavera cultural que se estaba desarrollando, pero ya no es tan optimista: “Estamos tardando mucho en recomenzar, el cambio fue importantísimo, pero se abrieron espacios que no se llenaron con nada”.
Como periodista lleva la marca de una generación cuyo engranaje era el cuestionamiento. Es director de la revista Nómada que describió así: “Es un cóctel de varios elementos: la literatura, la ciencia, la plástica, la poesía. Usamos la portada como un elemento de arte pero la ensuciamos con títulos periodísticos. Viene con un fascículo, El intérprete, que revela datos de un personaje. Estamos buscando que sean otros hombres de la historia, porque siempre salen los mismos, el che Guevara y Jesucristo, que venden”. Pero confesó que “ser periodista es un proyecto, uno no llega a ser sino que está aprendiendo constantemente” y que combinarlo con la poesía es un conflicto que lo desvela “por la lucha que tiene que ver con el tiempo, porque todo te lleva un trabajo y el trabajo te lleva un tiempo”.
Los escritores parecen personajes misteriosos e intrigantes pero Boccanera habla como todos y reflexionó sobre los medios en la actualidad: “Cuando hago la revista no pienso en los temas gancho pero concibo que le van a interesar al lector. Hay que confiar en la gente. En el periodismo parece que todo tiene que pasar hace cinco minutos porque de otra manera envejece, eso lo lesiona”.